sábado, 14 de julio de 2018

Proyectos o la vida en el aula.

Bienvenid@s! De nuevo por aquí. 

He completado un ciclo con un grupo de 24 niñ@s e intentaré recoger lo aprendido en este tiempo.

En mi cole trabajamos por...¿proyectos? Yo no lo llamaría así. Sí es verdad que nos proponemos realizar un proyecto o fin común, en ocasiones, como hacer un “teatro”, jugar a los bares, intercambiar información con niñ@s de Méjico, hacer campaña de recogida de tapones para combatir la Leucemia infantil...pero lo que realmente hacemos es recoger en el aula la vida que ell@s nos traen. Si van al Circo del Sol y nos traen la entrada; si se hacen su DNI y nos traen una copia; si van a un camping y traen un folleto; si viajan y nos traen el folleto del metro; si nos traen juguetes (letras que muestra en la parte posterior, características, cómo lo han conseguido...), etc.

Una vez me dijo una madre: “Eli, es que todos los días quiere traer algo y yo le digo que no.” A lo que contesté: “¡Déjale que traiga lo que quiera! Gracias al balón que trajo pudimos descubrir que los códigos de barras que empiezan por “690” son de productos de China y de ahí averiguamos los de Alemania, España...”

Un formador me dijo una vez, después de contarle cosas que habían sucedido en clase y que nos tenían entusiasmados: “Eso ocurre en tu clase porque tú lo permites”. Os invito a permitir que surja la magia en vuestra clase. Con libro o no, es vuestra elección permitir dar vida a vuestra clase. Esta anécdota sucedió un curso en el que yo trabajaba con libro (porque el ciclo lo decidió antes de que yo llegara). Si yo pude, tú puedes.


Además de lo planteado, “trabajo”, mejor dicho, juegan (con toda sus letras y su magnífico significado) por rincones “puros”, en los que los materiales y las actividades diseñadas cumplen los objetivos de mi programación. No tengo que ceñirme a una ficha para cubrirlos, aunque también las hago. Pero esa es otra historia...